El axolote o ajolote es un pequeño anfibio con un aspecto muy gracioso.
A primera vista parece un renacuajo gigante. Su cuerpo es alargado, con un tronco compacto, la cabeza es grande con unos ojos pequeños, y sin párpados. Tiene una boca de gran capacidad y dientes diminutos que se disponen en hileras a la entrada de la cavidad oral. Su lengua es retráctil, como la de las ranas. A la altura del cuello tiene tres pares de branquias laterales externas, que las utiliza para respirar, tomando agua por la boca y dejándola salir por las agallas moviéndolas.
El agua cargada de oxígeno pasa a través de las ramas branquiales y pasa cerca de los capilares sanguíneos. Por medio de un sencillo intercambio a favor del gradiente, el oxígeno del agua pasa a la corriente sanguínea del ajolote y el dióxido de carbono de la sangre pasa al agua del medio externo. De esta forma utiliza la gran cantidad de vasos capilares. También posee sacos pulmonares, pero que no se han desarrollado como pulmones debido a su escaso uso, por lo cual sube, de vez en cuando, a la superficie para tomar aire atmosférico.
A primera vista parece un renacuajo gigante. Su cuerpo es alargado, con un tronco compacto, la cabeza es grande con unos ojos pequeños, y sin párpados. Tiene una boca de gran capacidad y dientes diminutos que se disponen en hileras a la entrada de la cavidad oral. Su lengua es retráctil, como la de las ranas. A la altura del cuello tiene tres pares de branquias laterales externas, que las utiliza para respirar, tomando agua por la boca y dejándola salir por las agallas moviéndolas.
El agua cargada de oxígeno pasa a través de las ramas branquiales y pasa cerca de los capilares sanguíneos. Por medio de un sencillo intercambio a favor del gradiente, el oxígeno del agua pasa a la corriente sanguínea del ajolote y el dióxido de carbono de la sangre pasa al agua del medio externo. De esta forma utiliza la gran cantidad de vasos capilares. También posee sacos pulmonares, pero que no se han desarrollado como pulmones debido a su escaso uso, por lo cual sube, de vez en cuando, a la superficie para tomar aire atmosférico.
Su cola es aplanada lateralmente y de gran longitud, casi la mitad del cuerpo del animal. En la parte superior hay un pliegue dorsal o cresta que va aumentando de tamaño conforme se acerca a la cola. Las extremidades son de aspecto frágil y quebradizo. En los ejemplares albinos y albinos parciales se pueden observar los huesos transparentándose a través de la fina piel. Tienen 4 dedos en las patas delanteras y 5 en las traseras. Por lo general son de color parduzco oscuro con pequeñas manchas blanquecinas que lo hacen confundir con las piedras. Los ejemplares de colores claros, tienen manchas brillantes, que le dan gran belleza estética.
Puede vivir en estado larvario entre 10 a 15 años. Solo realizará su metamorfosis a salamandra cuando las condiciones del entorno empeoren y necesite adaptarse a ellas, mientras tanto, vivirá en el agua.
Aquí teneis un axolote adulto en estado larvario.
Una curiosidad es que es capaz de reproducirse en estado larvario sin haber perdido sus branquias, algo poco común siendo una larva.
Cuando realiza la metamorfosis pierde las branquias, la aleta caudal sufre una regresión, se le transforman los ojos y le salen párpados, y se convierte en salamandra.
El axolote lo podemos encontrar en los lagos de Mejico. También se pueden encontrar algunos ejemplares en África capaces de vivir en tierra durante los períodos de sequía, y que continúan su vida en el agua al llegar la estación de lluvias.
En su etapa adulta puede medir entre 25 y 30 cm. Respecto a su longevidad, los ajolotes pueden llegar a vivir hasta 25 años en condiciones normales.
A diferencia de lo que les ocurre a las salamandras y otros anfibios metamorfoseados, los ajolotes no presentan muda de piel.
Cuando realiza la metamorfosis pierde las branquias, la aleta caudal sufre una regresión, se le transforman los ojos y le salen párpados, y se convierte en salamandra.
El axolote lo podemos encontrar en los lagos de Mejico. También se pueden encontrar algunos ejemplares en África capaces de vivir en tierra durante los períodos de sequía, y que continúan su vida en el agua al llegar la estación de lluvias.
En su etapa adulta puede medir entre 25 y 30 cm. Respecto a su longevidad, los ajolotes pueden llegar a vivir hasta 25 años en condiciones normales.
A diferencia de lo que les ocurre a las salamandras y otros anfibios metamorfoseados, los ajolotes no presentan muda de piel.