El Águila Imperial Ibérica

El águila imperial es un ave rapaz de gran tamaño. Posee unas características manchas blancas en los hombros, que destacan sobre el oscuro plumaje marrón del resto de su cuerpo. Su cabeza y el cuello presentan una coloración más pálida.
Las hembras son algo más grandes que los machos, mientras que los jóvenes, durante los primeros cuatro o cinco años de vida, tienen un plumaje más ocre.
Esta especie se localiza, casi con exclusividad, en la Península Ibérica, en donde habita todo el año, defendiendo su territorio con gran celo. Su hábitat son las áreas del bosque típicamente mediterráneo, donde se entremezclan los matorrales, los pastizales y los riachuelos. Al contrario que el águila imperial oriental de Eurasia y África oriental, la especie ibérica no emigra. Cada pareja defiende su zona de caza y reproducción, unas 2.000 hectáreas, durante todo el año.
Hacen sus nidos en lo alto de alcornoques y pinos. A principios de año comienza su llamativo cortejo, de manera que, hacia marzo ya están formadas las parejas. En la época de la reproducción, es cuando más sensible es el águila imperial a la presencia humana. Incluso puede abandonar la puesta si es molestado y nidificar de nuevo en un lugar más tranquilo.

Los huevos de una misma familia van eclosionando escalonadamente con una diferencia de cinco días. Tanto el macho como la hembra participan en la crianza de los polluelos, pero si el aporte de alimento al nido no es suficiente, los hermanos menores mueren en una lucha fraticida por la comida, ante la neutral mirada de los padres.
Al transcurrir dos meses los pollos se alejan del nido, siendo todavía vigilados por los padres. Esta tutela se aminora, llegando a transformarse en un comportamiento agresivo, que obliga a los jóvenes a dispersarse. Volverán a los tres o cuatro años, convertidos en adultos, para criar cerca de la zona donde nacieron.
En cuanto a su alimentación, el conejo supone la mayor parte de su dieta, pero cuando éste escasea, el águila imperial es capaz de capturar, gansos, reptiles y patos. En invierno puede comportarse como un carroñero.

A pesar de ser un ave numerosa durante la primera mitad del siglo XIX, actualmente el número de parejas reproductoras apenas supera la centena. Este descenso de la población está llegando a ser muy alarmante.
Nidifica en el cuadrante sur occidental de la Península Ibérica.
En la actualidad existe un plan de recuperación de esta especie a nivel nacional y algunas de las comunidades autónomas que albergan al ave también han desarrollado sus propios planes de conservación.